Qué hacer para destrabar un paraguas.
Ya saben que los cuentos que leí de Carpentier me fascinaron. Pues desde que terminé ese libro comencé a leer otro también de cuentos –“De la estirpe de Odin” de Thomas Mann- y solo hace un par de días que logré terminarlo.
Quizás leer a Mann después de Carpentier no fue una buena idea: mientras Carpentier me inundaba con la luz y el calor tropical que emanaba de sus páginas, Mann me hundía en los más fríos y oscuros abismos de la humanidad. Ya sé que la comparación puede no ser muy buena, pero era como ver una leeeentaaa y profunda película de Tarkovsky después de haber visto una de Spielberg llena de acción.
Con Mann fui del incesto entre hermanos hasta el suicidio, pasando por rechazos amorosos, accidentes, desesperaciones, locuras, soledades… Nada falta en este libro en cuanto a pasiones humanas.
Quizás leer a Mann después de Carpentier no fue una buena idea: mientras Carpentier me inundaba con la luz y el calor tropical que emanaba de sus páginas, Mann me hundía en los más fríos y oscuros abismos de la humanidad. Ya sé que la comparación puede no ser muy buena, pero era como ver una leeeentaaa y profunda película de Tarkovsky después de haber visto una de Spielberg llena de acción.
Con Mann fui del incesto entre hermanos hasta el suicidio, pasando por rechazos amorosos, accidentes, desesperaciones, locuras, soledades… Nada falta en este libro en cuanto a pasiones humanas.
Era el choque con otra cultura, con otra forma de pensar y de sentir lo que me estaba permitido experimentar a través de estas páginas y una invitación como esa no se hace esperar. Desde el principio leí ávidamente uno, dos, tres cuentos casi sin detenerme, cayendo fluidamente de un abismo en otro hasta que tropecé con Tonio Kröger. Ahí fue donde, como dicen en mi tierra, se me trabó el paraguas.
No había modo de que pudiera avanzar en aquel cuento. Se me hacía pesado de leer con todos aquellos largos monólogos y los problemas existenciales de aquel burgués devenido escritor… Fue entonces cuando encontré los libros en la lavandería (Christmas Jars y Revolutionary Road) y los “colé” en el medio de la lectura, pero luego regresé a Mann con un gusto redoblado porque algo había en él que no pude encontrar en ninguno de los otros dos autores: Mann, a fuerza de profundizar en el alma humana y hurgar en ella hasta extraerle el sentido -no sin dolor- hace sangrar sus letras y así, sin dudas, penetran mejor.
No había modo de que pudiera avanzar en aquel cuento. Se me hacía pesado de leer con todos aquellos largos monólogos y los problemas existenciales de aquel burgués devenido escritor… Fue entonces cuando encontré los libros en la lavandería (Christmas Jars y Revolutionary Road) y los “colé” en el medio de la lectura, pero luego regresé a Mann con un gusto redoblado porque algo había en él que no pude encontrar en ninguno de los otros dos autores: Mann, a fuerza de profundizar en el alma humana y hurgar en ella hasta extraerle el sentido -no sin dolor- hace sangrar sus letras y así, sin dudas, penetran mejor.
Tu historia del paraguas atorado, Pelusilla, me remite a lo que siempre he pensado: hay un tiempo para cada cosa. Celebro que hayas encontrado el tiempo para Mann después de la lavandería... yo quiero ser como tú cuando sea grande. Un beso grande.
ResponderEliminarEnvidio tu oasión por leer, apenas y puedo cumplir lo de libro por mes, y me pasa igual, a veces por más que intento no me entra nada el libro en turno, prefiero saltarlo y buscar otro.
ResponderEliminarEra pasión por leer.
ResponderEliminarPalomita:
ResponderEliminarYo soy de la misma opinión. Cada cosa tiene su tiempo, solo que a veces no lo encontramos o desistimos un momento antes de hallarlo… Palabra clave: paciencia (y confianza, que si es bueno el autor, seguro tiene algo bueno que decirnos).
Y yo como tu! Me dejaste encantada con tus recreaciones sobre la obra de Remedios.
Besos!!!
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NTQVCA:
Pues un libro al mes esta muy bien. Yo he tenido periodos de leer menos de uno al año… Ahora tengo suerte de tener mucho tiempo libre y buenas bibliotecas cerca y gratis, por eso estoy aprovechando pa’ rellenar los baches culturales que tengo…
Cuando un libro no va, no va. Ese fue el triste destino de Paradiso de Lezama en mi historia personal… Lo he intentado, y varias veces, pero no va… no paso de la pagina 8… jeje
Yo les comento por muchas razones, una de ellas tiene que ver con mi propia comprensión de la lectura, y otra con el deseo de que tengan un referente –aunque no sea el mejor- a la hora de escoger que leer…
Besitos…
Jajaja! o sea, pelusita, que tu estás de acuerdo en eso que dicen de que "la letra, con sangre entra"? Me inclino más por la explicación de Palomita, que hay un tiempo para cada cosa, y violentalo, nos puede hacer perder experiencias invaluables. Un beso.
ResponderEliminarMarita:
ResponderEliminarSiempre que la sangre este en las letras y no sea mia -aunque asi la sienta a veces-, si, estoy de acuerdo.
Y tambien con lo que dice Paloma, que no se contradicen...
Es que a los otros libros les faltaba algo... Sangre, digo yo.
Otro para ti
Eso es pasión por la lecturay ser perseverante, yo si no avanzaba lo hubiese dejado de lado y eso no es bueno, siempre es interesante descubir aquello que por momentos se nos atora en algun punto.
ResponderEliminarSaludos
Hola Claudette!
ResponderEliminarSi, si tengo pasion por la lectura pero no te engañes, de vez en cuando dejo libros a medias. Antes lo hacia con mas frecuencia, ahora no tanto. De un tiempo a esta parte trato de terminar todos los que empiezo, y como trato de escoger mejor lo que leo pues lo estoy logrando bastante bien. Este año solo llevo dos en la cuenta de abandonados, pero ha sido por buenas razones… Espero hablar de esto cuando termine el año y pueda echar un vistazo general sobre mis lecturas.
Un saludo y gracias por la frecuencia!
Empecé a leer Los Relámpagos de agosto y es día que no puedo terminarlo, quisiera teenr tu perseverancia, créme que si leyera lo que tú... seguramente la cenicienta ya se hubiera casado con el lobo feroz y los enanos le hubieran dado beso a Rapunzel, jajaja.
ResponderEliminarAlgún día lo terminaré de leer.
Chau Pelusa.
me acordé de esto %&$#&()&$# ajajajaj
Pelusita
ResponderEliminarYa lo creo, entre Thomas Mann y "los caldos de pollo para el alma"... la distancia es larga.
Un beso