Que hacer para destrabar un paraguas (II)

Hace tiempo que no les hablo de mis lecturas, y eso es porque se me ha vuelto a trabar el paraguas
Despues del largo viaje al mundo de Genji estuve leyendo un libro de Daniel Pennac -del que no quiero hablar aun- y luego otro, La felicidad de los ogros, que me gusto mucho pero que no supe comentar en su momento y ahora ya no siento que valga la pena hacerlo. Baste decir que admiro a este autor, su manejo del idioma y la habilidad que tiene para envolvernos con sus ideas; y que lo admiro mucho mas como pensador y ensayista que como novelista.
Luego me fui de visita a la biblioteca, a devolver a Genji, y me traje a casa un libro que tenia muchos deseos de leer: Yo, el gato (o Soy un gato, que seria la traduccion literal del japones), de Natsume Soseki. Ahora que he logrado observar durante bastante tiempo una comunidad 'gatuna' -la que viene a comer cada dia a mi ventana-, sus costumbres, sus relaciones jerarquicas, sus individualidades...; ahora, digo, es el momento ideal para leer este libro que presenta la sociedad japonesa de principios del XX a traves de los ojos criticos y burlones de uno de estos animalitos. Aquel dia traje tambien el libro Prosa, de Felix Pita Rodriguez (del que ya les he compartido algo) y me deje atrapar por este segundo, porque si bien el mundo japones y la psicologia gatuna me interesaban mucho, esta Prosa desde su primerisima pagina logro removerme todas y cada una de esas fibras sensibles que tenemos en algun lugar por alla adentro. 
El de Felix Pita aun no lo termino, porque tiene la virtud de entregarse en pequeñas dosis-cuentos de pocas paginas. Y yo lo aprovecho: en cuanto salto de la cama en las mañanas leo un poquito de el, a veces me da tiempo a degustar media pagina, a veces solo un parrafo, y se que incluso con una sola linea ya seria suficiente para entonar bien mi dia. Pero al de Soseki -¡oh, dolor!-, solo pude darle una probadita. Algun encaprichado lo reservo en la biblioteca y tuve que devolverlo habiendo leido tan solo el primer capitulo... En cuanto lo reencuentre alli, me lo apropiare nuevamente y prometo no soltarlo hasta que quede del todo satisfecha, o sea, hasta que lo haya leido completito y lo haya interiorizado como es debido. Entonces, solo entonces, les hablare mas sobre el.
Aun tengo otro libro sobre mi mesa, uno que pedi en la biblioteca aquel fatidico dia en que tuve que desprenderme de mi gato (¿o acaso el gato era de Soseki?). Sobre este, tengo una confesion que hacerles: le tengo miedo. Es la primera vez que algo asi me sucede. Le temo a un libro. Conozco de oidas la historia y quiero leerla, pero al mismo tiempo temo lo que pueda encontrar en ella. Es decir, si intuyera que es un mensaje para mi lo que encierra no habria problemas, pero temo encontrarme a mi misma en esas paginas. Temo, por sobre todas las cosas, que no sea una de mis facetas que este dispuesta a aceptar, y que esta lectura me haga demasiado daño. Aqui esta, a mi lado, esperando tranquilamente como el que tiene la seguridad de que no sera ignorado. 
Es hora de destrabar este paraguas. Es hora de enfrentarme a mis demonios.

Comentarios

  1. pues a la carga pelusa como un verdadero mambí, no hay que tenerle miedo a nada lo que nos destruye es lo que permitimos que nos haga daño, lo que tenemos que hacer es hacernos fuerte con lo demas y sacar el lado bueno de las cosas, bueno no me enrollo, tu ya sabes, saludos.

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  2. Yo le voy a la Pelusa! Arriba que pa luego es tarde! :)
    Por cierto... no entendí nada, es que estoy últimamente con mi cabeza muy atormentada:
    qué pasó con el gatico lastimado?

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  3. Cuando termines el libro te darás cuenta que hay otra Pelusa.

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  4. Estoy convencida que la lectura del libro te hará bien, seguro que sabras como encauzarlo para que el resultado sea positivo.
    Hablar del miedo es el primer paso para afrontarlo, así que ADELANTE!
    Eres muy valiente!

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  5. Margarita, en eso estoy. Ayer mismo comence a leerlo... Besos!

    Silvita, gracias por las porras! Del gatito te cuento que sigue viniendo a comer y que sigue tan esquivo como antes. Pero al menos se le ve el pelito mas bonito... Un beso!

    Malque, eso espero! Un abrazote, maestra!

    Sonia, valiente? Ayer me sentia precisamente en el lado opuesto a la valentia. Pero hoy ya empece a leerlo. Hoy ya es otra historia! Besos

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