La luz necesaria.



Todos los días tengo pruebas de que hay gente buena en este mundo. 

No estoy diciendo que todo el mundo es bueno, ni que el bueno lo es todo el tiempo. 

Solo estoy diciendo que aun queda gente capaz de amar sin condiciones, de sonreir y devolver el saludo, de apenarse sinceramente porque su demora te hace perder tiempo, de tener un gesto humano por encima de los intereses de su empresa, de disculparse por el mal carácter de otro, de darle una moneda al que no tiene, de preocuparse por los animales sin dueño, de perdonar tu prisa en su camino...

Hay ciertos días en que encontrar estos pequeños rayos de luz se vuelve una tarea difícil. 

Quizás es que en esos días no tengo el ánimo para encontrarlos.  

____________________
Hoy agradezco los estiramientos que mantienen mi columna sana y flexible.
__________________________________________
Licencia de Creative Commons  Diario de la Pelusa es un blog escrito por Elena Brito (Pelusa) y está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

Comentarios

  1. ME enamoré de la foto y de tu texto...e s TAN cierto!!!

    Ya no tienes notitas de agradecimiento no Pelu?

    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marite: Me asomo para decir que, aunque las notitas ya no están como fotos en aquel blog, los agradecimientos viven aún al final de cada publicación en el Diario... y no me refiero (aunque también) a los comentarios. ¡Saludos!

      Eliminar
    2. Ivanius: No pude haberlo dicho mejor. De hecho, no me hubiera atrevido a decirlo asi ;)
      Gracias!

      Eliminar
  2. Hallar estas luces siempre es significativo, y cobijarse agradecidamente en ellas aún más necesario.

    No es la primera ocasión, pero debo decirlo: ¿estás espiando mis apuntes, Pelusilla?

    ¡Besos!

    ResponderEliminar
  3. Viendo tu imagen y leyendo tus palabras me vino a la mente la actitud de mi hijo, él se hace el indiferente, y evita los involucramientos sentimentales, jaja, pero me ha contado que en el trabajo se regaló un pequeño gatito, el dueño lo aceptó y ordenó que lo alimenten para que ahuyente a los ratones, pero nadie le hace caso y algunas personas lo desprecian :( así que mi hijo se ha vuelto su protector, se da unos minutos para jugar con él y acariciarlo, tanto se han identificado, que el pequeño felino ya reconoce los movimientos de mi hijo y se echa por donde sabe que él pasará, para no perderse esos momentos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu hijo es de los de mi equipo, Miriam! Adoro la anecdota! Gracias por compartirla!
      Besos

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares