Revalorando.

Hoy me he replanteado una vez más la necesidad de continuar con las publicaciones en este diario.

Es una tarea dolorosa esta de la revaloración porque bien se puede caer en la idea de que hay tantos miles de personas por ahí escribiendo en blogs, comunidades virtuales o redes sociales que mi gotita puede no hacer la diferencia. Justo es ahí donde está la trampa. Creo fervientemente que cada pequeña gotita sí que hace la diferencia.
También es una tarea útil la de revalorar periódicamente lo que hacemos. Podemos replantearnos el rumbo que llevamos, ver si estamos realizando alguna contribución. Porque no se trata -en mi caso- de escribir por escribir. Palabras hay ya de sobra rondando por el mundo, y algunas muchísimo mejor dichas que las mías. Se trata de aportar.
Sigamos un buen consejo: 

“En lugar de ver lo que no estás haciendo, considera cómo puedes hacer más bien con aquellas cosas que ya estás haciendo.” Y.B. 

Pues bien, lo que tengo en estos momentos a mi alcance es este espacio de comunicación con el mundo, esta ágora en la que exponer mis ideas con el compromiso que esto implica con quienes me leen y conmigo misma. Con él trato y trataré de hacer lo mejor que pueda, o sea, de expresar mis opiniones siempre que piense que puedan añadir un poquito de luz, de compartir gustosa lo que aprendo porque el conocimiento no estorba, de aportar algo que espero sea valioso para alguno de ustedes o, en última instancia, para mí misma.
 

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