Proyecto 365, dia 42: De la certeza recurrente.


Si tuvieras una goma de borrar super-potente capaz de eliminar por completo cualquier cosa, presente o pasada, sobre la faz de la tierra, ¿qué o quienes borrarías? ¿Por qué?
Me imagino que cada cual tenga su propio listado ya medianamente confeccionado sin siquiera haberse planteado esta pregunta. El mío, por ejemplo, incluiría los días de calor sofocante en los que es difícil hasta respirar; los maltratadores de animales; los claxons de los camiones y de los coches en los atascos; los rodeos y corridas de toros; el que dificulta las cosas por el simple gusto de hacerlo; los ladrones; los que se ponen a hablar por teléfono en el transporte publico cuando intento leer; los malos recuerdos; algunos elementos que no me gustan de la personalidad de los que alguna vez se han cruzado en mi vida… Mi listado, sin dudas, seria mas largo de lo que me atrevo a confesarme a mi misma.
Sin embargo, alguna vez me dijeron que aquello que nos provoca rechazo, ya sea en objetos, en eventos o en personas, no es mas que un reflejo de algo que llevamos en nuestro interior, son espejos que nos muestran lo que somos y no queremos ver, algo así como nuestro propio retrato de Dorian Gray. “Mi Dios!- pensé- ¿Cómo voy a creer que soy tan chismosa y enredadora como mi vecina, o que soy tan creída como la novia de…? Este esta chiflado!”
Tiempo ha pasado desde entonces y, con la recurrencia propia de lo que, por doloroso, sabemos cierto, nunca he olvidado tal afirmación. Cada vez que me encuentro con algo que entraría en mi listado de “borrable”, no deja de aparecer en mi interior un pequeño Pepe Grillo que me insta a buscar en aquello, por ajeno y detestable que me parezca, la versión libre de alguno de mis “perfiles” ocultos.
Al final, les aseguro, agradezco la posibilidad de verme en estos espejos. Sino fuera por ellos, ¡que Pelusa tan diferente seria!

Comentarios

  1. Ya estaba por apabullar con mi lista de calamidades personales con nombre y apellido hasta que leí de pronto el remate. Horror. Debo estar tan, pero tan mal...
    Me recordaste algo que decía mi abuelo y también me quedó grabado a fuego: Cuando señalas a alguien con un dedo, tienes otros tres que te apuntan a ti.
    Ah, pero vaya que sirve reflexionar sobre esa manía del "índice flamígero"...

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  2. Eso es lo bueno, Ivanius, reflexionar... Claro que yo aun tengo una lista muy larga de calamidades confesables e inconfesables. Te imaginaras que Pepe Grillo ya me tiene harta!
    Saludos

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  3. Uff! Mi lista podría resultar tan larga, que creo que me engolosinaría el poder la goma mágica hasta extremos insospechados. Me invadió de pronto una sensación de poder un tanto... ¡morbosa! A ver pelusa, me quedo con la goma solo 24 horas, y en ese tiempo, decido recordar y borrar las cosas malas que me he hecho a mi misma, quizas entonces, y solo así, se reduzca la lista de aquellas cosas que me vulneran y por tanto quiero borrar, y viviré más tranquila, solo con algún que otro espejo roto.
    Gracias por el espacio de refelxión. Un beso grande.

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  4. Te la presto con gusto, Marita. Yo en algun momento decidi no usarla y convivir con todo esto, a ver si un dia aprendo por fin la leccion que me toca y se va mi lista a molestar a otros. (porque la verdad es que no creo que desaparezca). Otro para ti.

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