Proyecto 365, dia 40: Seamos honestos.

¿Alguna vez se han puesto a leer la letra chiquita de lo que comemos? Estoy segura que si, sobre todo después del boom de la medicina naturista que nos insiste tanto en que lo mas importante es la calidad de aquello que decidimos darle a nuestro organismo –olvidándonos, claro esta, de precios e inaccesibilidades, cosas estas, al parecer, no tan importantes. Antes de que me digan todo lo que se que ahora mismo están pensando, les aseguro que yo no tengo nada en contra de esto. Me sumo a la idea de calidad vs. enfermedad con todo gusto y conocimiento de causa.
Precisamente porque mi cuerpo lo necesita, he decidido cambiar mi consumo de harinas blancas al de harinas integrales, y es en este momento donde me encuentro con el tema de hoy. En casi todos los paquetitos de panes, galletas, cereales, etc., justo debajo de los ingredientes podemos encontrar un cartelito, de esos de letra chiquita, donde te avisan de que el producto en cuestión puede contener trazas de uno o mas elementos ajenos a la receta. Ahora viene mi pregunta: ¿Cómo pueden no saber exactamente lo que contiene?
Si de jugar honestamente se trata, les aceptaría mas un aviso del tipo:
“Este producto puede contener un poco del sudor del panadero, y –con buena suerte- alguno de sus cabellos o…” (El resto lo dejo a su imaginación -se escuchan sugerencias)

Comentarios

  1. Mmmmm, no soy experta en el tema, pero creo que la cosa va más o menos así: En esas mismas máquinas robots, de cintas de producción en serie, al parecer se vierten otros productos que luego no pueden ser eliminados completamente, esto en el proceso de elaboración del producto final o en la planta donde se procesan las materias primas, que ya son tan primas indudablemente. Y los de la comida empaquetada están obligados a tirar estas advertencias... ¿Te imaginas en los restaurantes? ¿Sabías que hay una "población permitida" de cucarachas, de acuerdo al tamaño de la cocina de un restaurante, en muchos paises del mundo? Yo sigo prefiriendo el mercado (te acuerdas de mis mercados de por acá, tan lindos?) y cocinar lo que me gusta, y si como algo empaquetado o voy a dar a un restaurante... mejor me hago de la vista gorda.

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  2. "Este mensaje puede contener palabras que no sean agradables"
    Pero tambien puede que sean totalmente placenteras, la ruleta rusa del consumo en masa.
    Así mismo por control de calidad es mejor que todo sea personalizado, como este mensaje y como la comida que prepara mi madre, que sale directamente de los campos de la sabana de Bogotá.
    Que interesante tema, pero lo es más tu comentario; este me ayudará a preparar con más cuidado mis propios alimentos y decirle a los invitados (en letra pequeña)
    este plato puede contener un, uno o varios trozos de cariño del que lo prepara.
    Aust.

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  3. Algo así me imaginaba, Mara, pero me pareció simpática la descoordinación de los carteles que vemos diariamente y, sobre todo, la naturalidad con que los aceptamos. Sobre lo de las cucas… ¡que le vamos a hacer! Besos!
    ……………….
    Pues si, Augusto, lo mejor es lo natural… por eso no comprendo que me recomienden comprar berenjenas en lata cuando las venden en el mercado fresquitas… Podriamos comenzar una campaña para mejorar los cartelitos! Saludos!

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