Proyecto 365, dia 60: La otra cara del Habano.

...con la mesa de pensar al lado de la de ganar el pan.
(Discurso de Jose Marti, 26 de noviembre de 1891, Tampa)


Mi amor a la lectura y a los libros se lo debo a mi padre quien, desde mi más remota infancia, me traía de regalo casi a diario libros en lugar de muñecas.
Mi padre –ahora retirado- no es ningún intelectual, ni profesor, ni tiene nada que ver con el mundo de las letras. Es un simple tabaquero, es decir, produce los muy conocidos “Habanos”. Y siempre fue de los mejores en su profesión. Dentro de su fábrica, en la que trabajo muchos años, era conocido como “tabaquero largo”, esta expresión se usaba en el argot de ese mundo para destacar a los torcedores que producían más de 200 tabacos al día – un torcedor medio no llega a 150-, cantidad considerable teniendo en cuenta todos los pasos en que consiste el delicado proceso de torcer un puro, a saber: quitarle las venas a las hojas, elegir las adecuadas por su sabor y olor para la “tripa”; torcerlas con un capote (hoja gruesa), prensarlas en las tablas (moldes); desmoldarlas y cubrirlas cada una con papel; desvenar y elegir las capas (hoja fina) según su color y textura; torcer las tripas con las capas y, finalmente, cortarlos y darles el acabado que lleven de acuerdo al modelo que se este realizando, y todo esto hecho con la paciencia y el amor del mas virtuoso de los escultores.
Los tabaqueros en mi país trabajan en grandes salones, llamados “galeras”, donde se alinean enormes mesas en las que cada trabajador tiene su espacio bien delimitado, con todos los instrumentos que necesita para su faena. En una de estas galeras pueden estar trabajando varios cientos de personas simultáneamente, y cada fábrica por lo general posee más de una de estas salas. Podría pensarse que una galera con tantas personas juntas es una especie de pajarera en la que, cubanos al fin, los tabaqueros no paran de hablar. Sin embargo, por regla general, los torcedores son personas más bien calladas y pensativas. Mi padre, como todos sus compañeros, pasaba la mayor parte de su jornada laboral sentado en su mesa, torciendo puros y… escuchando.
Al frente de todas las mesas de una galera hay un sencillo pulpito con un micrófono: es el puesto del Lector de Tabaquería, uno de los personajes más importantes dentro de un colectivo de esta especie. Puede ser un hombre o una mujer, no es el sexo lo importante, sino el tono de su voz y la claridad de expresión que posea.
El Lector comienza su labor leyendo en voz alta a primera hora de la mañana el diario, porque a los tabaqueros siempre les ha gustado estar bien informados, y luego completa su día leyendo uno o varios libros que los torcedores han solicitado con antelación. Casi siempre hay una larga lista de obras que esperan por ser leídas, y por su voz pasan desde novelitas rosas hasta grandes clásicos de la literatura. Cada libro tiene su horario, como si de telenovelas se tratase, y así las largas horas de trabajo lejos de ser aburridas y monótonas, son muy amenas e instructivas.
Los tabaqueros, por tanto, son personas bien informadas, inteligentes, que saben escuchar y que cuentan con una buena base intelectual que no les hace abandonar su pragmatismo, mantenido minuto a minuto por su trabajo manual. Fueron precisamente estas cualidades las que hicieron que Martí encontrara en ellos el mejor apoyo para su causa, y que otros muchos oradores a lo largo de la historia los hayan considerado el mejor público, y hayan ocupado el pulpito del Lector para exponer sus ideas.
Así, puedo concluir hoy afirmando orgullosamente que mi padre (en la foto de abajo), un tabaquero, fue quien me enseño a leer, y nunca podré terminar de agradecérselo.

Comentarios

  1. Bellísimo. Casi me dan ganas de volver a fumar.

    Creo que es uno de los mejores posts que he leído en el año, Pelusa. Has puesto una muestra difícil de superar. ¡Bravo!

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  2. No me esperaba una reaccion semejante, querido Ivanius. Gracias! No creo merecer tanto.. Si salio bien el post se lo debo a la nostalgia que tengo de no ver a mis padres hace mas de cinco años.
    Como ves, yo naci y creci entre tabaco, y no fumo. El puro, por suerte, no es como el cigarro. Hay que saber fumarlo para disfrutarlo. Yo algo se, de haber visto a mis padres toda la vida fumando, y no me niego el gustazo pero solo lo pruebo muy de vez en cuando, cuando la ocasión lo amerita de a de veras!
    No vuelvas a fumar, haz del fumar un arte.
    Saludos!

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  3. Todavía recuerdo la primera vez que pasé por la ventana de la H.Uppman, en la Habana Vieja, si mal no recuerdo, y ví a ese grupo qe tu describes magistralmente, solmnes y en silencio escuchando al lector. poco sabía yo en ese entonces, de la importantísima figura que historicamente había ayudado a forjar la historia de Cuba, enrollandola de a poco y con paciencia. Pocos lugares en el poco mundo que he recorrido me provocan esa sensación de historia palpable, al alcance de la mano, de presente revuelto con pasado... Z y C están este fin de semana allá, les diré que me traigan un tabaquito para aplacar la nostalgia.
    Besos y gracias por los recuerdos.

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  4. Hola Mara:
    Mi padre trabajaba en la "Romeo y Julieta" (estaba en la calle Belascoain casi esquina a Reina, te acuerdas?), que a pesar de que luego le llamaron "Antonio Briones Montoto" nunca perdio su antiguo nombre, pero en todas sucede lo mismo. Despues de escribir el post estuve averiguando, y el Lector fue una innovacion de mediados del XIX. Si me lo preguntan, yo hubiera jurado que estaba desde antes, desde mucho antes.
    Mi padre me hacia unos pequeñitos, delgaditos para mis gustos de fin de semana con G. El les llamaba "panetelitas" pero no se si es el nombre oficial. En todo caso, no te pierdas de probarlos. Son buenisimos!
    Besos!

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  5. Hola yo estoy interesada en hacer habanos y quisiera saber donde se pueden conseguir o fabricar los moldes

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  6. Hola, Mercedes:
    En Cuba a esos moldes les llaman "tablas" y, hasta donde yo se, solo los pudieras conseguir a traves de alguien que trabaje en una fabrica de tabacos. Si vas por la Habana y encuentras a alguien que venda tabacos, preguntale; seguramente te sabran indicar. Yo hace mucho tiempo que no voy por alla.
    Saludos

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