Anne of Green Gables
Si yo hubiera conocido a una chica como Anne Shirley, de seguro hubiera sido su mejor amiga. Es del tipo de persona que yo tuviera siempre a mi lado, para compartir experiencias, para llenarme de su optimismo, para prestarnos libros y luego sentarnos a soñar con los imaginarios mundos que descubrimos en ellos.
Nunca me burlaría de su cabello rojo ni de sus mejillas llenas de pecas. No tendría tiempo de hacerlo seguramente, inmersa en el brillante universo que –de fallar mi imaginación- ella tejería para mi.
Por supuesto que seria la primera en formar parte de su Club de Historias, y escribiríamos todas las semanas una historia diferente, para luego leerla en voz alta y llorar o reír según fuera el caso.
Y, ¡que hermosas representaciones haríamos de los clásicos románticos! Yo no temería tumbarme en un bote, imaginando que soy Lady Elaine, y dejarme llevar río abajo hasta llegar a Camelot, solo si ella estuviera en la otra orilla esperando para rescatarme.
Podría pasar tardes enteras escuchándola hablar hasta el agotamiento, tumbadas en el césped de una colina de cara al cielo, o estudiando juntas para los exámenes, porque de seguro compartiríamos las mismas ambiciones de conocimiento.
Entendería la congoja de su corazoncito cuando los adultos quieran separarla de sus amigas, llamándola huérfana-salida-sabrá-dios-de-donde, porque a mi misma alguna vez me denominaron “amiga no muy bien escogida” por ser una chiquilla-salida-de-un-solar.
Mis vestidos, como los de ella, serian hechos amorosamente en casa, y no confeccionados por los mejores diseñadores; y ni el destello de los diamantes podría eclipsar el deleite de sentirnos como reinas al contemplar el mar –todo plata y sombras y visiones de cosas desconocidas…
__________________________________
“¡Que espléndido día! – dijo Anne, inspirando largamente - ¿No es ya excelente estar vivos en un día como este? Me compadezco de aquellos que no han nacido aun, porque no pueden verlo. Ellos seguramente tendrán buenos días, por supuesto, pero nunca podrán tener este. Y es aun mas esplendido tener un camino tan hermoso para ir a la escuela, ¿no crees?”
***
No, querida Anne. Yo me compadezco de aquellos que no te conocen aun, de aquellos que no han tenido mi suerte de encontrar un espíritu afín.
Nunca me burlaría de su cabello rojo ni de sus mejillas llenas de pecas. No tendría tiempo de hacerlo seguramente, inmersa en el brillante universo que –de fallar mi imaginación- ella tejería para mi.
Por supuesto que seria la primera en formar parte de su Club de Historias, y escribiríamos todas las semanas una historia diferente, para luego leerla en voz alta y llorar o reír según fuera el caso.
Y, ¡que hermosas representaciones haríamos de los clásicos románticos! Yo no temería tumbarme en un bote, imaginando que soy Lady Elaine, y dejarme llevar río abajo hasta llegar a Camelot, solo si ella estuviera en la otra orilla esperando para rescatarme.
Podría pasar tardes enteras escuchándola hablar hasta el agotamiento, tumbadas en el césped de una colina de cara al cielo, o estudiando juntas para los exámenes, porque de seguro compartiríamos las mismas ambiciones de conocimiento.
Entendería la congoja de su corazoncito cuando los adultos quieran separarla de sus amigas, llamándola huérfana-salida-sabrá-dios-de-donde, porque a mi misma alguna vez me denominaron “amiga no muy bien escogida” por ser una chiquilla-salida-de-un-solar.
Mis vestidos, como los de ella, serian hechos amorosamente en casa, y no confeccionados por los mejores diseñadores; y ni el destello de los diamantes podría eclipsar el deleite de sentirnos como reinas al contemplar el mar –todo plata y sombras y visiones de cosas desconocidas…
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“¡Que espléndido día! – dijo Anne, inspirando largamente - ¿No es ya excelente estar vivos en un día como este? Me compadezco de aquellos que no han nacido aun, porque no pueden verlo. Ellos seguramente tendrán buenos días, por supuesto, pero nunca podrán tener este. Y es aun mas esplendido tener un camino tan hermoso para ir a la escuela, ¿no crees?”
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No, querida Anne. Yo me compadezco de aquellos que no te conocen aun, de aquellos que no han tenido mi suerte de encontrar un espíritu afín.
Hola, qurida amiga, y me permito llamarte asi, ya que te siento un alma gemela, un espiritu afín. Llegue a tu linda casa hoy por primera vez.
ResponderEliminarSoy admiradora de Anne desde chica, daria cualquier cosa por vivir en ese mundo, en esa epoca, amo Anne y todo lo que la rodea.
Lei todos su libros, vi la serie, aun que aqui solo pasaron la primera parte, y no creo que veria la segunda porque difiere mucho del libro.
Me encanta encontrar gente con quien copartir los mismos gustos.
cuando leia tu post me era como todo lo que yo huviera querido decir, jiji.
Mi blog es de manualidades pero igual estaras entre mis blogs favoritos y vendre a visitarte seguido.
Te dejo un beso enorme y imaginariamente caminemos por el sendero de los enamorados (aqui se llamo asi) bajo esos arboles en flor comiendo una rica manzana y juntando flores, mientras hablamos de nuestras historias.
Besos
Mi querida Elena,
ResponderEliminarEstoy detras de la pista de Anne.
Muchas gracias por la idea.
Aqui hay un par de librerias espanolas.
Quizas encuentre el libro o lo ordeno por internet.
Te deseo un buen dia
Te quiero.