La Diosa del Sol.
Japon es un pais muy curioso y, aparentemente, contradictorio. Sus milenios de historia machista no son un secreto para nadie, sin embargo hay un par de datos quizas menos conocidos: 1) la madre es a tal punto una tirana del hogar que llega a ser temida y respetada por toda su familia (incluso por el padre dentro de su dominio), y 2) su panteon de dioses del culto Shinto -el culto autoctono japones- esta regido no por un dios, sino por una diosa. Se trata de Amaterasu Omikami, la Diosa del Sol. Disfrutando por esta epoca de los dias mas largos del año y bajo los influjos agotadores del sol, me parece apropiado contarles -a mi manera- algo de la historia de esta diosa.
Una pareja de dioses llamados Izanami e Izanagui fueron enviados por orden celestial para traer muchas cosas al mundo: con un soplo de su aliento dispersaron las brumas y todo se hizo visible en la tierra; hicieron surgir el archipielago japones de entre las aguas y generaron con su union los mas variados dioses, incluyendo los del fuego cuyo nacimiento provoco la muerte de Izanami, que descendio a Yomotsukuni, la tierra de la oscuridad. Izanagui la extrañaba mucho y, a pesar de que Izanami le habia prohibido hacerlo, bajo buscarla. La diosa Izanami se enfurecio tanto porque el la viera en ese estado tan terrible que desperto con sus gritos a todas las Furias y los espiritus de las tinieblas, y junto a ellos se lanzo en persecucion del dios. Izanagui finalmente logro escapar de Yomotsukuni y cerrar la boca que comunicaba ambos mundos, pero quedo lleno de impurezas y solo logro purificarse bañandose en un rio. De esas manchas surgieron varios espiritus del mal, espiritus protectores contra el mal y varios dioses. De su nariz nacio Susanowo, el Dios Tormenta -Deidad de impetuosa rapidez-; de su ojo izquierdo nacio Tsukiyomi, el Dios Luna -Guardian de la noche iluminada-, y finalmente, de su ojo derecho, Amaterasu, la Deidad que ilumina el Cielo.
Hay varias historias que cuentan como la paciencia de la magnanima Amaterasu se fue agotando al ver que su hermano Susanowo destruia en un momento con la furia de sus tempestades todo lo que ella ordenaba dia tras dia con tanto amor, hasta que la Diosa del Sol termino por esconderse de las atrocidades que generaba su hermano en una cueva celestial. Sobrevino entonces la oscuridad y los espiritus del mal asolaron el mundo. El resto de los dioses, muy preocupados, se reunieron frente a la entrada de la cueva e inventaron todo tipo de espadas, espejos, las telas mas vistosas y hasta gallos que podian cacarear eternamente para intentar sacar a Amaterasu de su escondite sin que nada diera resultado. Cansados, encendieron una hoguera, se sentaron a su alrededor y Uzume, la diosa de las bendiciones, comenzo a bailar alegremente para ellos. Su danza los divirtio tanto e hicieron tanto estruendo con sus risas que Amaterasu sintio curiosidad por ver lo que sucedia afuera y abrio un poco la entrada para asomarse.Uno de los dioses que estaba ahi apostado abrio aun mas la entrada y la obligo a salir, mientras los otros le impedian volver a entrar. La luz regreso pues al universo, y el orden y la paz prevalecieron sobre la tierra.
Despues de una historia como esta, lo cierto es que uno mira de forma diferente los implacables rayos del sol, y hasta su calor ya no parece tan insoportable. ¡Espero que les haya gustado!
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