El reto
Un estruendo creciente retumba junto a la ventana. Voces desacostumbradas llegan desde quién sabe qué rincón oculto para hablarme del temor bajo de los animales. Los árboles se inclinan y cantan, buscan consuelo en su baile ritual; saben que siempre puede ser el último. Hasta la escalera de metal eleva su voz y se estremece con violencia. También ella teme a su manera y no en balde: es su integridad la que está en juego. Por mi parte, siguiendo cuidadosamente un plan trazado durante siglos, milenios ya, he detenido mi respiración. He detenido todo movimiento. Cierro los ojos y confío. Puede que así el viento no logre encontrarme. No esta vez. No todavía.
En la imagen: "Peine del viento" del escultor Eduardo Chillida. San Sebastián, País Vasco. (Crédito de imagen)
Hermoso el texto y la imagen.
ResponderEliminarGracias, Christian. Me alegra que te gusten mis intentos. :)
EliminarA mí también me gustan, cortos pero profundos :D
ResponderEliminarCortos pero sabrosos, jajaja :)
EliminarJajaja, no sé por qué esta respuesta la vi con doble sentido :P
EliminarLlevaba doble sentido, Miriam, no lo pude evitar, jajaja! :P
EliminarVerdad!!! Yo lo sabía pero me dio pena asumirlo directamente, jajaja.
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