De duendes y lecturas atrasadas.
credito de imagen |
He sufrido un nuevo
ataque por parte del duende de la lectura, ese que no me deja hacer casi
ninguna otra cosa aparte de leer. Digo "casi" porque sí que he hecho
otras cosas, y todas muy emocionantes y divertidas (ir de paseo, recibir
amigos, asistir a una cata de vinos...), pero como lo del duende ha sido un
ataque en toda regla, otros de los duendes que me habitan, casi todos del clan
del hemisferio derecho como el de la pintura y el de la artesanía por ejemplo,
han resultado seriamente heridos en combate y ahora guardan reposo por prescripción
facultativa hasta que recuperen fuerzas para volver a amotinarse. Lo mejor es
que este vencedor aúpa a los otros duendes de su clan, los izquierdistas del
cerebro -que fueron los que abrieron este blog hace ya 6 años-, y así ha
regresado el de la escritura y también aquel viejo amigo que peca de analítico
y que no deja pasar un día sin intentar comprender un poquito mejor al mundo y
a los hombres.
El hecho es que desde
que estos izquierdistas han regresado he leído mucho, aunque se me han escapado
muchas reseñas que pude haber publicado en estos últimos tiempos y no lo
hice... ¡y todo por seguir leyendo! Después del gato de Soseki, que reseñé
AQUI, leí con el grupo de lectura Diario de una buena vecina, de Doris Lessing.
Reconozco que el título no me llamaba nada la atención y mucho menos las
reseñas que encontré en Internet, pero el libro me enganchó desde el principio
por el lenguaje sencillo, el estilo de diario (muy íntimo, como me gusta), y el
tema difícil y actual que no deja que alguien -sobre todo si el lector es
mujer- se le acerque sin sentirse inmediatamente identificada. Tan bueno
resultó que hubiera continuado con la segunda parte si lo hubieran tenido en
castellano en la biblioteca.
Luego seguí con el
libro aun inédito de un amigo, del que no tengo permiso para hablar hasta su publicación,
y cuando lo hube terminado me bebí (no hay mejor palabra) con sumo gusto Las
memorias de Sherlock Holmes, de Sir Arthur Conan Doyle. De este y del siguiente
en la lista, los Cuentos completos de Oscar Wilde, se ha hablado tanto que no
vale la pena que yo intente decir algo más, salvo que hace muchísimo tiempo no
me sentía tan sorprendida por la genialidad de un autor como me sentí leyendo a
Wilde.
Veremos hasta dónde me
lleva este renacimiento de mis duendes izquierdistas.
Me ausento unos días y me doy cuenta cuánto ha fluido tu fuente inspiradora :)
ResponderEliminarMe alegra saber que el Diario tiene para rato
Un beso!
Hola Miriam!
EliminarLo de la fuente... fue cuestion de decidirme a quitarle el tapon que yo misma le habia puesto!
Me alegra tenerte por aca.
Besos!