Deformacion "profesional"

*Advertencia: Este es un post catartico para traductores o estudiantes de lenguas extranjeras. Si no lo eres y sigues leyendo, es bajo tu propia responsabilidad. (Hoy no tengo acentos en el teclado... sorry)*


Acabo de disfrutar de algo mucho mas divertido que una buena comedia, o que un libro de fino humor: una conferencia mal traducida.
Ya se que esto sonara un poco de locos, pero para quien conoce un poco de un idioma extranjero, asistir a una conferencia en esa lengua donde el traductor, a pesar de todos sus esfuerzos, no logra transmitir ni la mitad de lo que el orador esta diciendo y no logra expresar ni uno solo de los matices con que el otro se empeña en adornar su charla, es uno de los espectaculos mas comicos que se puede encontrar.
Supongo que esto es lo que le pasa a los cineastas, que no se pueden sentar a ver una pelicula sin encontrarle defectos; o a los musicos, que no pueden escuchar tranquilos un concierto sin sentirse agredidos por el sonido de un instrumento mal afinado o una nota tocada fuera de lugar; o a los escritores, que no pueden abandonarse a una lectura por que las complejidades de las letras no los dejan entrar. O sea, esta es la deformacion profesional de aquellos que nos apasionamos por los idiomas...
En cuestion de traduccion, no hay nada mejor que un nativo de una lengua (digamos, un polaco de nacimiento) traduciendo a un idioma extranjero (digamos, al español), siempre y cuando ese polaco conozca el español a la perfeccion. En este caso ideal la traduccion sera inmejorable, porque el traductor polaco lograra transmitirnos todos los matices de su idioma sin cometer errores en español.
Pero lo cierto es que no hay nada tan dificil de encontrar como ese caso hipotetico, y entonces, la mejor eleccion sera un traductor hispanoparlante que conozca lo mejor posible el idioma polaco. Incluso, si no conoce el polaco a la perfeccion, bastara con que sepa captar el sentido de lo que el orador dice para que lo vuelque en nuestra lengua con lujo de detalles, usando las inflexiones propias del español y haciendo que comprendamos perfectamente el sentido de la charla.
Los casos mas infructuosos y simpaticos se producen cuando el traductor es un polaco que no habla bien el español y esta tratando de traducirnos nada menos que una seria conferencia academica. El pobre hombre sudara, se pondra colorado, se apretara las manos y al final dejara caer en un mal español unas pocas palabras que no nos diran casi nada. En fin que si los asistentes no saben un poco de polaco al menos, se van sin la mas minima idea del tema.
Y si, por casualidad, un asistente sabe algo de polaco, no puede menos que luchar por no soltarle la carcajada al pobre traductor cada vez que dice una barrabasada...

Comentarios

  1. Jajajaja... es verdad, suele haber muchas situaciones hilarantes de este tipo; también es verdad que para ser traductor simultáneo se necesita, además del manejo del idioma a un grado cultural, no sólo linguístico, bastante agilidad mental y... mucho, mucho vocabulario. Por eso traducir, muchas veces, es traicionar, aunque sea involuntariamente.

    Ya me callo porque me sigo de filo y esto que iba a ser comentario se convierte en post. ¡Besos!

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  2. Ha de ser como los títulos que les ponen a las películas que nada más no tienen nada que ver con la trama, horror!.



    Saudos Pelusina.

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  3. Ivanius:

    Me imagino que te hubieras divertido tanto como yo de haber estado aqui...

    Besos!

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  4. Mi Malque:

    O como una pelicula mal doblada...

    Un abrazo!

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  5. Completamente de acuerdo, Pelusa. Es más, creo que Cortázar decía que pa' escribir bien, hay que haber traducido antes porque sólo metiéndose en los entresijos del lenguaje, comprendes la lógica de la escritura. Nada peor y tan sin sentido que una mala traducción pues a fin de cuentas, la traducción trata de pasar un mensaje que, como en este caso, si no llega, es una pérdida de tiempo. Y la traducción simultánea tiene su arte, ojalá y supiésemos apreciar más todo el trabajo que lleva el hacerlo bien. Sobre las carcajadas, supongo que yo no hubiese aguantado, me hubiese ido... ¡qué mal rato! Dejo besitos.

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  6. Palomita:

    Es lo que tiene las profesiones de letras, lo infravaloradas -y malpagadas- que han estado siempre. Quien no lo ha intentado nunca no sabe todo el tiempo y el esfuerzo que lleva prepararse para una traduccion. En ese sentido, respeto mucho al pobre traductor de esta charla que contaba... Aunque sigo pensando que quien le escogio para el trabajo no tenia ni la mas minima idea de lo que hacia.
    Yo me rei, alguna que otra vez, pero intente que no se dieran cuenta...
    Besos!

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