Proyecto 365, dia 110: Pensandolo bien... (II)

Pues sí, como les iba diciendo, a mi no me gusta mucho ver la tele.
Y cómo me va a gustar si siempre la sentí como un agente contaminante ante el cual mi madre no podía sentarse una hora consecutiva sin salir enferma de algo. Resulta que en mi país sólo tenemos tres canales, uno educativo, uno deportivo y el cultural. El educativo nació hace unos pocos años, así que en la época de la que les estoy hablando solo teníamos dos (bueno, uno y medio, porque el deportivo solo transmitía tres o cuatro horas diarias y nadie lo veía a no ser que hubiera campeonato de baseball). El hecho es que en el canal cultural se podía ver de todo: los muñes, el noticiero, la telenovela, las películas, los musicales, algún que otro programa de participación y muchos informativos, la mayoría sobre medicina y –sobre todo- enfermedades. De modo que al final de cada día, los tele-espectadores tenían una cantidad enorme de información especializada en estos temas.
Mi madre, que cuando terminaba el noticiero de las ocho ya tenía todos los quehaceres de la casa hechos, se sentaba frente a la tele con mi padre hasta que terminaba la programación. Y era justo ahí, viendo alguno de aquellos espacios ‘medico-educativos’ cuando se exponía a todo tipo de virus nuevos y desconocidos o descubría que aquel dolorcito de cabeza que tenía de vez en cuando se debía a no sé qué rara enfermedad de cura improbable.
Al día siguiente, con mi madre a punto de desfallecer, salíamos todos corriendo para la clínica más cercana y descubríamos que había un brote –con magnitudes casi epidémicas- de lo que fuera que estuviera incubando el cuerpo de mi progenitora. Todo el barrio estaba allí, todas las madres y abuelas de mis amiguitas, acompañadas por sus familiares, estaban sentadas en la sala de espera con la misma palidez que la mía y casi con los mismos síntomas –sospechosamente concordantes con lo que habían explicado unas horas antes en la tele.
Claro que con la llegada del canal educativo, la plaga de hipocondría que afectaba a nuestras familias dejó de incidir tanto sobre la salud ampliando su campo de acción a otras esferas. Personas que nunca han visto un ordenador en su vida comenzaron a manejar términos informáticos que no comprendían para nada y, por supuesto, a preocuparse por los virus electrónicos que parecían propagarse con una rapidez espeluznante por una red maléfica llamada Internet. Tuve que hacer un buen esfuerzo para convencer a mis madre de que el hecho de tener un email no me exponía a semejantes influencias y que, al contrario, agilizaría mucho la comunicación con mis hermanos que vivían en el extranjero. Eso la tranquilizó, pero no eliminó del todo sus sospechas.
Un buen día en que estaba yo de visita en su casa, llegó el aviso de pago del consumo eléctrico. La compañía de electricidad por aquel entonces había mejorado un poco la calidad del papel en que imprimía estos avisos y este, en particular, venía impreso incluso en colores. Al ver el importe tan elevado que ponía, alerté a mi mama sobre un posible problema y le sugerí que fuera a reclamar. Ella tomó el papel con tintas de colores de mi mano, lo miró detenidamente y lo dobló.
“No hay problemas –me dijo con una sonrisa tranquilizadora-. Es normal que me cobren mas. ¿No ves que me la están bajando por Internet?”

Comentarios

  1. Magistral, Pelusa, con base de anécdota y todo. Otro para los favoritos de este año.

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  2. Jajaja! Que bien que te gusto, Ivanius! Yo disfrute un mundo escribiendolo!! No podia parar de reirme recordando las cosas de mi madre!
    Bueno, Besos y gracias por el halago...

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  3. Jajajajajajajaj! Sigue pelusita, que sabes que al final estás un poco narrando mi vida. Me acordé de un fotógrafo compatriota tuyo, que me cuestionó sobre "¿cuando llegaría al final de la computadora?" Nunca supe que contestarle... espero más crónicas. Besitos.
    PD: La versión mia de la calabacita es del ISA, no de la Lenin. Yo nunca hubiera aprobado para un pre de ciencias exactas, sino, pregúntale a G... jejejeje.

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  4. Es que tu historia es mucho la mia, Mara. Y la mia algo de tuya tiene... Una de mis bisabuelas fue de tu tierra... Ahi voy, ahi voy.
    Besos terruños!

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  5. Es que, para mi, 'la beca' hace referencia a la lenin... lo del ISA era una 'residencia' -por lo menos de nombre, jeje

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  6. Una anécdota muy interesante y además muy bien contada. Lo de tu madre no tiene desperdicio, es tan real!!


    Muchas gracias por visitarme, lamento que llegaras justo en el post de los premios, pero si querés seguirme, los lunes cuento un chiste para comenzar la semana con una sonrisa, o al menos lo intento, y los miércoles escribo mis Historias Cálidas.

    BESOTES Y FELIZ NOCHE DE DOMINGO!!

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  7. muy bueno pelusa, cuando les hable a mis padres de internet los pobres se quedaron mirandome con una cara que decía "que me estas contando", hasta que mi padre me soltó -mi´ja de que estas hablando nosotros no sabemos nada de eso, ahora ya mi padre se entera un poco más, no por él, sino por una vecina que es la que me manda los recados. Ya te quité el número que no te gustaba, buena suerte y saludos.

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  8. También me has hecho reir, Pelusa querida... y porque comparto una anécdota similar a la tuya cuando, por ahí del año '94 mi tío abuelo, Santos, alertó a mi madre para que nos prohibiese el uso de la computadora ya que podíamos contagiarnos de los virus... Y lo de tu madre y sus enfermedades me ha parecido genial, pequeño ejemplo del poder de la televisión. Muchos besitos.

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  9. Hola Stanley, bienvenido!
    La anecdota de mi madre suena real porque lo fue! No le quite ni le agregue una sola letra. La realidad es tan rica que supera cualquier creacion humana...
    Un abrazo!

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  10. Margarita mia: Yo creo que a todos nos paso algo similar. Demasiadas palabras nuevas y poca tecnologia al alcance de la gente por alla.
    Besos!
    Gracias por la frecuencia y por quitarme el numerito!

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  11. Asi es, Palomita. La tele es muy poderosa y esta era de la informacion llega a ser peligrosa hasta para los mas simples mortales! jejeje
    Besos virulentos!

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  12. Hola amiga como me gusto leerte hay esa Cuba de nuestros sueños, recuerdo los canales y todo lo que cuentas, es como que despiertas recuerdos ya dormidos.
    Jajaja cuanta verdad amiga. Un besote grandote muuakkkk

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  13. Azucala, me alegra mucho que te despierte recuerdos, y que sean buenos...
    Un beso!

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  14. la mamas, vaya que son merecedoras de su apartado anecdotario particular!!!.

    muchas sonrisas con este post

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  15. Hola Lic: Me alegro que te gustara... Ya vere que tal me va cuando me toque a mi el papel de madre... jejeje
    Besos

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