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¿Desmanes biologicos? No se.
¿Influencia astrologica? Tal vez.
El hecho es que llevo unos dias de esos que no se le desean ni al peor enemigo. El animo hecho talco; el humor de perros (rabiosos)... Con la intolerancia a flor de piel, dispuesta a saltar ante cualquier simple mirada, he recibido a mi esposo de su viaje, por demas, la primera vez que viaja solo desde que estamos aca, o sea, la primera vez que me quedo sola en casa. De regreso, me trajo regalos, lindos presentes primaverales, con motivos y olores florales, con colores delicados, con amor.
Con permiso de mis sentimientos, voy a hacer aqui una pequeña disgresion: hace poco lei, nunca mejor dicho, que no hay potencia en el mundo tan superpoblada que cambie tan rapido ante los vaivenes de la naturaleza como Japon. Y, efectivamente, los olores en el ambiente han cambiado desde que se anuncio la llegada de la primavera. Los perros, que hasta hace poco sus dueños protegian del crudo invierno con chaquetitas, sombreritos y, en ocasiones, botitas bien calientes, ahora lucen sus atavios primaverales: pullovers de manguitas cortas estampados con colores y diseños propios de la estacion y gorritas con pequeñas viceras para protegerlos del sol que ya calienta. Las tiendas cambiaron completamente su decoracion por nuevos adornos, curiosamente verdes (donde yo hubiera puesto algo color rosa), y venden deliciosos dulces hechos con esencia de sakura (cerezo) y cubiertos con las hojas de esta planta.
Y es que esta es, por supuesto, la epoca de la floracion del cerezo. Y yo, que nunca he visto mas que en fotos el cerezo en flor, estoy esperando ansiosamente el momento en que el camino para bicicletas que atraviesa la ciudad -por el que paso a diario-, en cuyos lados se alinean las sakuras, aun sin hojas, me permita disfrutarlo completamente florecido... Esto, sin embargo, de acuerdo a los infalibles calculos japoneses, no sera en esta zona hasta dentro de dos o tres semanas.
Pero mi esposo, con la sutileza que lo caracteriza, me regalo un avance de esta floracion cristalizado en un porta-incienso, tan fragil y simple como la propia sakura. Yo por mi parte, con los sentimientos oscurecidos quien sabe por que tenebroso espiritu, acepte su regalo con una alegria pasajera, nublada por la sombra que albergaba en mi pecho.

Hoy, luego de un par de arranques de inexplicable tristeza, puse al fin uno de los inciensos que tambien me habia traido. Lo coloque en mi portainciensos de siempre, el que uso desde que llegue aqui. Aquel otro que recien me habia llegado desde tan lejos cuidadosamente envuelto, portegido de posibles golpes, como un presente seleccionado especialmente para mi -ese y no cualquier otro-, habia caido en el olvido.
Justo entonces suena el telefono. Yaroslav, nuestro vecino ruso que no ha perdido las esperanzas de establecer una amistad con nosotros a pesar de los desplantes que, en ocasiones, nos hemos visto obligados a hacerle (de otro modo, habriamos pasado todo este tiempo sin abrir un libro, tomando te y conversando con el), nos dice que necesita venir a vernos por un momento. "Claro"-le dice mi esposo y en lo que esperamos su llegada me lavo con agua fria el rostro tratando de borrar las huellas de mi tan deplorable estado animico. Y llega nuestro ruso, con su claro y alto metal de voz, muy elegantemente vestido con un enorme ramo de flores en sus manos. Pronto se va de regreso a su pais y sus compañeros de trabajo aqui le hicieron hoy una fiesta de despedida en la que le obsequiaron esas flores, y como no tenia donde ponerlas, se acordo de mi y me las trajo...
Sin aceptar ni una taza de te se marcha, dejandome sorprendida con las flores en las manos. Yo tampoco tenia en donde colocarlas, asi que improvise un florero con un plastico vacio mientras resonaba en mi mente la voz de Patricia, mi amiga argentina a quien imaginaba frente a mi en ese momento, moviendo reprobablemente la cabeza de un lado a otro y diciendome: "Una mujer siempre debe estar preparada para todo; nunca se sabe cuando le llegaran flores".
En fin, arregle como pude el ramo y -con el animo ya completamente cambiado- estuve observando un rato cada una de las flores... Rosas, claveles y ..."¡una rama de ciruelos!"-le digo a mi esposo que me mira extrañado y me responde: "De cerezo, no de ciruelo. Es una rama de sakura en flor".

Y aun cuando mi ciudad espera el climax de esta estacion, yo tengo, de repente y en pleno, toda la primavera dentro de mi propia casa...
¿No esperaba yo el cerezo? Ahi esta, radiante, en mi mesa, sin que mis ojos puedan apartarse de el mas de unos momentos, como el alma cuando -segun cuentan los que saben- ha probado las mieles de la mente original, y regresa a ella con gusto y con frecuencia, sabiendo que ya no se apartara de ahi nunca mas.
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Yaroslav probablemente nunca sepa que esta noche sirvio como mensajero de algo mucho mas poderoso, que, viendo que yo no reaccionaba a su primer mensaje -el avance de la primavera en el regalo de mi esposo- y seguia regodeandome en la inmundicia de malos sentimientos que llevaba dentro, me envio este segundo e ineludible golpe. ¡¿Que no ves que el mundo es mucho mas grande, hermoso y luminoso que cualquier sentimiento que puedas crear con tu limitada mentalidad?! ¡ABRE LOS OJOS!

Ya el incienso arde en el lugar adecuado, espero ser lo suficientemente humana como para mantenerlo asi siempre.

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