Y se hizo la paz

La maravilla de un solo copo de nieve
supera la sabiduría de un millón de meteorologistas
(Sir Francis Bacon)

Pues si, estuve esperando la nieve todo el invierno, y en la TV no hacen mas que incentivar mi interes en este fenomeno.
Desde el sabado pasado estuvieron anunciando que en esta zona nevaria el lunes temprano, todos los noticieros se hicieron eco de la novedad -segun el parte del tiempo, comenzaria a nevar a las tres de la madrugada y se mantendria hasta el mediodia - y yo estuve toda la santa noche del domingo en vela esperando ver la nieve... A las tres de la madrugada en punto empezaron a transmitir por TV imagenes de grandes nevadas, montañas completamente blancas, arboles inclinados por el peso de la nieve, animales acurrucados unos junto a otros tiritando de frio... En
TV nevo, y mucho, a la hora que habian pronosticado, pero en mi ciudad no cayo ni un copito. Frio si hubo. Ha bajado la temperatura muchisimo, el lago del parque que nos gusta visitar amanece congelado completamente y los pobres patos se limitan a mirar tristemente el agua desde la orilla. Pero ni rastro de una nevada, por pequeña que fuera.
El martes comenzaron de nuevo con la historia de la nevada que se aproximaba, que ahora si que nadie nos la quitaba de encima, mostraban imagenes satelitales de la inmensa masa nubosa que se apoderaba del cielo japones y, con estas temperaturas, si hay precipitaciones, con toda seguridad se convierte en nieve... "Esta vez no les voy a hacer caso - pense- Si mi suerte es ver la nieve, ya me sorprendera un dia. Decididamente, no voy a esperarla"En efecto, el miercoles salimos de casa temprano (bien apertrechados porque el termometro marcaba un grado bajo cero) y si, hubo precipitaciones, pero no era mas que lluvia, la mas cruda lluvia invernal que llevo a Matsuo Basho (1643-94) en su momento a escribir uno de sus mas ilustrativos haikus:

Hatsu shigure,
saru no komino wo
hoshige nari.

Primera lluvia de invierno,
incluso aquel mono parece desear
una manta de paja (de arroz).

Mientras leiamos en el tren, el calor de los asientos se afanaba en quitarnos el frio que llevabamos fundido en los huesos, y llegando a Tokyo, G levanta la vista del libro y me dice: "Ahi tienes tu tan ansiada nieve"... No estaba nevando en ese momento, pero los campos y los techos de las casas estaban blancos, muy blancos... "Es lindo -pense-, como una postal" Asi es como se veia desde este lado del cristal, como una postal, inanimado.
"Kono densha ha Akihabara yuki desu" (este tren se dirige hacia la estacion Akihabara)"-resuena en los altavoces. Yuki, en japones, quiere decir "en direccion a", pero con otro ideograma, quiere decir precisamente "nieve". Y ahi comienzo yo a jugar con las palabras: "estan diciendo que hay nieve en Akihabara (Akihabara ni yuki)". Y al salir de la estacion encontramos que no solo habia nieve acumulada en el suelo sino que, ademas, estaba nevando!!
Parecian plumitas o pequeños pedacitos de algodon cayendo suavemente. Sali corriendo como una niña directo a la calle, mirando hacia el cielo y tratando de atrapar algun copito para verlo de cerquita. Los japoneses se subian el cuello de los abrigos, abrian sus sombrillas, me miraban un tanto extrañados y, con la cabeza gacha, seguian su camino. "Deben estar acostumbrados"- pensaba, pero inmediatamente mi "logica" me decia que no, que no es posible acostumbrarse a una maravilla como esta hasta el punto de no dedicarle ni siquiera una sonrisa, de no darle paso al asombro.
Llegue a pensar que en este invierno ya no veria la nieve. Senti paz al verla, algo dentro de mi se tranquilizo en armonia con la suavidad de su presencia. Ahora me pregunto si mis hijos tendran la posibilidad de ver un regalo tan especial de la naturaleza, si acaso tendremos tiempo de destruir el planeta antes de que mis hijos lleguen.





Comentarios

  1. Ciao Elena, ti ringrazio per i complimenti!
    Il template non funziona perchè è solo per Splinder e non per blogspot, mi dispiace.
    Un abbraccio
    Renata

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Este artículo me recuerda que aquí, en Cuba, en esos últimos días de diciembre en que todos festejamos, había mucho calor. De hecho, el mismo 31, toda la gente que vi vestíamos ropas de verano, ni el más mínimo abrigo. Aunque no lo expresáramos, en el fondo eso nos asustó. Pués, aunque en Cuba nunca a hecho demasiado frío, es alarmante que cada vez se nos aleje más. Para bien, una noche en que hablábamos de ello, ya en el nuevo mes de enero, como voz natural que decía: NO TODO ESTÁ PERDIDO, comenzó a soplar una brisa fría y sonora que nos trajo el anhelado frío.

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